Elena Garro, una de las figuras artísticas mexicanas más importantes del siglo XX nació un 11 de diciembre de 1920 en el estado de Puebla, y curiosamente desde sus primeros años de vida mostró una actitud hiperactiva y una precocidad intelectual que en un futuro la llevaron a convertirse en una excelente escritora, narradora, guionista, coreógrafa y periodista.
En algún momento de su adolescencia, esta ensayista viajó a la Ciudad de México para estudiar literatura, coreografía y teatro en la UNAM. Aunque durante su época de estudiante conoció a Octavio Paz, con el que posteriormente se casaría y tuviera una hija: Helena Paz Garro, vínculo amoroso que resultó muy intenso y sonado entre el círculo de los intelectuales mexicanos, pues fue precisamente con el impulso de Octavio Paz que esta dramaturga comenzó a escribir.
En la agitada década de 1960 a 1970, esta importante personalidad se divorció de Paz y tuvo que abandonar el país debido a que los gobiernos de Díaz Ordaz y de Luis Echeverría la acusaron de haber participado en el movimiento estudiantil del 68. Ante este inminente exilio, Garro tuvo que vivir una larga temporada en Francia al lado de su hija Helena, pero ante la imposibilidad de seguir manteniendo un nivel de vida aceptable con tan sólo algunos pesos de la venta de sus libros, se vio obligada a regresar a México acompañada de su primogénita.
Cuando regresó a nuestro país su salud comenzó a deteriorarse a tal grado que su única actividad era esperar el final de su vida a causa del cáncer en los pulmones que padecía. Sus últimos días los pasaba recostada en un sillón rasgado por sus gatos, entre libros amontonados por todos lados y entre sus ataques de tos lograba sobrevivir gracias a un tanque de oxígeno que financiaba el Consejo Nacional Para la Cultura y las Artes, misma institución que se hizo cargo de su tratamiento, pero mientras se sentía bien no dejaba sus largos cigarros mentolados que la acompañaron hasta el día de su muerte.
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http://www.tuobra.unam.mx/publicadas/030610004311-__191_QU.html
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